Pues resulta que nos encontramos con la bodega Viñaguareña
y resultó que este encontronazo nos encantó y rerresultó (lo sabemos,
esa palabra no existe) que al susodicho topetazo le sacamos fotos y como
tenemos un blog pues os vamos a contar que nos parecieron 3 de los
vinos de la bodega que nos bebimos.
El Verdejo, como todas las plantas del planeta Tierra, tiene la manía
de crecer donde le da la gana (y le suele dar la gana crecer donde se
la planta)… pues resulta, que esta bodega situada al paso del río
Guareña (afluente del río Duero) y que elabora vinos amparados bajo la D.O. Toro,
tiene plantadas unas cepas de Verdejo y las utilizan para elaborar un
vino blanco con 9 meses de crianza en barrica embotellado en una bonita
botella al que llaman Iduna.
Nos hacemos con unos hielos, una cubitera, abundante agua y un rato
de paciencia para esperar a que el vino vaya ganando, mejor dicho
perdiendo, temperatura.
Iduna es
amarillo pajizo, brillante, limpio, con pequeños destellos dorados, el
color es precioso, en nariz abundan los tostados, los aromas de la
barrica, sutiles y muy aromáticos, aromas lácticos… ¿donde está el
Verdejo?… ahí, al final… En boca es muy agradable, muy fácil de beber
pero muy sabroso, la acidez justa, franco, delicioso… en un instante
hemos acabado la copa y en dos la botella.
Tras haber acabado con Iduna pasamos al tinto roble de la bodega, se trata de Munia Roble, un Tempranillo con 6 meses de crianza en barrica.
Munia Roble no nos defrauda nada más abrir la botella, en la linea de los vinos de la D.O. Toro,
encontramos un vino profundo, granate oscuro, con un ribete violaceo…
mucha fruta, mucha intensidad aromática, abundan los aromas lácticos…
los aromas adquiridos tras la crianza en barrica aparecen tímidamente
cuando movemos la copa… ¡dejad respirar este vino!… jugamos con el en la
copa, esperamos que se abra para seguir disfrutando de todos los aromas
que es capaz de ofrecernos.
Munia Roble se
expresa franco en boca, intenso, sabroso, inunda el paladar…
recomendamos tomarlo un par de grados por debajo de la temperatura a la
que solamos tomar los tintos, ligeramente fresco pero no frío… perdura
en boca haciéndonos disfrutar de su potente sabor y echar de menos un
buen pedazo de queso.
Con cada vino de la bodega Viñaguareña que descorchamos nos apetece más aún descorchar el siguiente y cuando llegamos a Munia Crianza,
Tempranillo con 14 meses de crianza en barricas de roble, nos apena no
haber seleccionado los demás vinos para continuar probando los vinos de
esta bodega.
Nos encontramos con un vino más negro que su predecesor, pero menos
oscuro (somos buenos expresándonos… ¿a que si?)… un vino con brillos
naranjas, con un ribete con tonalidades tejas como testimonio de su paso
por barricas de roble. Su aroma inunda nuestras fosas nasales,
deliciosos tostados integrados perfectamente con la fruta madura que
chilla dentro de la copa.
En boca es sabroso, invita al trago largo (lo cual no tiene nada de
malo) y a cada sorbo aumenta nuestra sed de vino. Su sabor inunda todo
el paladar y se queda rondando, vuelven los aromas… un vino para
recordar… (aunque no queramos)… un vino digno representante de su zona.
Viñaguareña es
una bodega para conocer, para disfrutar de sus vinos (porque sus vinos
no nos van a dar la opción de sufrir con ellos) y no solo de los que os
mostramos en este post, sino de todos sus productos.
Para terminar diremos que de cada 1000 descorches rompemos un corcho… y este le ha tocado a la botella de Iduna.
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