Vino recien levantado.


Hay vinos que son como la pareja (o el/la amante) recien levantada/o tras una larga noche de excesos y un largo sueño reparador... no hay quien les de un beso en la boca. pero tras una buena ducha y un desayuno  reparadores (comida o merienda, que no es mi intención judgar las horas de llegar a casa), no hay quien les niegue ese beso de "Buenos días"...

Hay vinos que necesitan ese cariño recien descorchados, el tiempo necesario en un decantador para que cuando les besemos en la boca (no es necesario beber a morro) estén lo suficientemente despiertos para disfrutar con ellos todo lo que se merecen...

Aqui estamos, el 2001 queda lejos pero guardábamos algo embotellado.