Las Lomas... un vino que es un puñetazo de Tempranillo.

Nos encantan las locuras y esos proyectos que nacen de la ilusión… con estas premisas nos topamos con Vinos Malaparte (Bodegas de Frutos Marín) que se liaron a plantar viñedos en un sitio donde no había (había, pero poco) y a trabajar un vino  elaborado con la variedad de uva Tempranillo de calidad sin nombre ni padrino, en una zona rodeada de Tempranillos de calidad (Cuellar, Segovia) con galones y contraetiquetas de lustrosos consejos reguladores (Toro, Ribera del Duero).
La botella de Las Lomas de Vinos Malaparte.
La botella de Las Lomas de Vinos Malaparte.
Nos encanta el etiquetado… puñetero de fotografiar por una parte… pero bonito… pero claro, si solo nos hubiese gustado el etiquetado no estaríamos hablando ahora mismo de este vino… Las Lomas.
Etiquetado puñetero para fotografiar.
Etiquetado puñetero para fotografiar.
Según la bodega, se trata de un varietal Tempranillo, selección de uvas procedentes de viñedos con una producción de no más de 3500 kilogramos por hectárea (En Ribera del Duero son 7000 kgs./Ha. y en Toro son no más de 6000 kgs./Ha.) para que la vid de un fruto cargado de matices. Se cría durante 5 meses en barricas de roble de 300 litos donde acaba de afinarse antes de embotellarlo.
Las Lomas... menudo color.
Las Lomas… menudo color.
Nada más descorchar, los aromas escapan  de la botella indicándonos que lo que contiene, es un vino con caracter. Al arrojarlo a la copa es cuando nos muestra su intenso color rojo picota… ¡Casi negro donde el vino gana profundidad! con unos preciosos destellos púrpuras. Limpio y de intensos colores brillantes.
La lágrima de las lomas... ¿un vino espeso?
La lágrima de las lomas… ¿un vino espeso?
Vino de espesa y abundante lágrima… nos entretenemos mientras lo mareamos por las paredes en la copa y sin meter la nariz en su interior ya nos llegan sus aromas.
Mareando Las Lomas en la copa.
Mareando Las Lomas en la copa.
Sus aromas son una explosión de frutos negros y rojos maduros en perfecta armonía con multitud de matices especiados y sutiles recuerdos tostados que testimonizan su ligero paso por barrica… largo rato nos pasamos jugueteando con los aromas en nariz mientras el vino se mueve espesamente por la copa.
Un vino espeso... de sutiles aromas... ¿donde está el gorrín?.
Un vino espeso… de sutiles aromas… ¿donde está el gorrín?.
Nada más toca el paladar, una pregunta me asalta… ¿donde está mi asado?… untuoso, sedoso, sabroso… el primer trago es un puñetazo de Tempranillo, la fruta se expande por toda la boca en primer lugar para dar paso a las especias y a ligeros destellos minerales. De aterciopelados tantinos, muy equilibrado, largo en boca, su sabor permanece largo rato tras el trago. Delicioso… solo apto para los fanáticos del Tempranillo.
Delicioso y poderoso vino.
Delicioso y poderoso vino.
Un poderoso vino para acompañar los más poderosos platos, se me hace la boca agua pensando en las diversas carnes asadas con las que este vino casaría perfectamente… no obstante, ese punto mineral y toque especiado hace que nos planteemos acompañarlos con diversos guisos con salsas de quesos azules e incluso probar a acompañarlo con quesos ahumados.