Udina, el blanco seco.

Un blanco que nos sorprendío gratamente, ya disponible en Vinoteca Cella Vinarium, hacía tiempo que nos disfrutábamos de algo tan diferente.


Udina, de Fermí Bohigas, tuvimos el placer de disfrutar de este vino no hace mucho y hoy pensamos contaros nuestras experiencias con este original vino blanco elaborado con uva Garnacha Blanca (en su mayoría), Xarel·lo y Chenin Blanc.

Sorprendente vino blanco muy diferente a lo que nos tienen acostumbrados por estos lares. 

De color  amarillo brillante dorado. Entrada potente y madura donde destaca la complejidad obtenida por la fusión de las tres variedades.


Fruta fresca y hierba aromática del Xarel.lo, flor blanca y frutos secos (avellana sin tostar) de la garnacha blanca y cítricos con una ligera nota mineral de Chenin Blanc.

Su evolución en la copa pasa por diferentes estadios en los que las características del vinos son frescas y se van fundiendo dejando un conjunto más maduro formado por hierba del bosque, fruta seca y mineralidad.


En boca es un vino blanco muy potente, graso y estructurado gracias al contacto con las lías . Hay un buen equilibrio entre la acidez del Chenin Blanc y la gran estructura de la Garnacha Blanca.

Vino ideal para acompañar pescados y mariscos, en especial cocinados con salsas.

Larga persistencia en boca donde evoluciona desde la fruta fresca quedando la mineralidad y notas de miel en el recuerdo. Vino de larga evolución en copa.

Ya disponible en nuestras instalaciones en Mutilva Baja, a 5 minutos del centro de Pamplona: http://cellavinarium.com/dondeestacellavinarium.htm

Fermí de Bohigas ya en Navarra.

Ya está disponible en nuestras instalaciones el vino Fermí de Bohigas, se trata de un delicioso vino elaborado con las variedades de uva Syrah (85%) y Samsó (15%) criado durante 8 meses en barricas de roble... para los que no lo sepan, aclararemos que la variedad de uva Samsó, es la conocida en Navarra como Mazuelo.


Color cereza opaca con ribetes granate. De entrada los aromas se funden en una complejidad de hierba del bosque, mineral (piedra seca) y tostados muy finos de la barrica. Un delicioso punto goloso aparece al fondo.

Una original mezcla que pudimos degustar con varios de nuestros clientes y consultar con ellos las diferentes impresiones sobre este vino, que en general, sorprendió y gustó a partes iguales.

Al abrirse es una explosión de frescura y fruta con notas a fruta roja (frambuesa, fresa) acompañado de notas violetas y menta. La sensación de profundidad viene dada por su larga apertura a la expresión cada vez más fresca en su conjunto.


En boca es sobrio y potente. Con una tanicidad marcada pero integrada dentro de un conjunto compacto que concentrado, como si todavía le quedara algo por decir. Muy jugoso y que anima a repetir el trago.


Pueden encontrar este vino en nuestras instalaciones, seguiremos trayendo y ofreciéndoles los vinos más originales y de mayor calidad.

Tempranillo con chips... o de como darle a un vino el gusto a la madera sin una barrica de roble.

Andamos con la mosca detrás de la oreja desde hace ya algún tiempo... esos vinos que están saliendo al mercado con exclusivas ofertas, o vendiéndolos a 2x1... hacíamos las cuentas y no nos salían. Con lo que cuesta una barrica (sobre todo si es nueva de roble francés) como es posible que existan vinos, los denominados "robles", que se vendan al público por menos de 4 euros e incluso crianzas que siempre están de oferta dos por uno.

 

La respuesta es bastante sencilla... se utilizan chips. Los chips de roble (o viruta) se añaden al vino cuando está en el depósito de acero inoxidable como si de una infusión de té se tratase obteniendo en 1 mes el gusto a madera equivalente a un año de estancia en barricas de roble (a groso modo puesto que hay muchos tipos de chips y muchas formas de añadirlos al vino)... El proceso es mucho más barato... ¡Ojo!, no queremos decir que todos los vinos con madera de menor precio de 4 o 6 euros contengan chips puesto que en el precio del vino entra más factores que la madera (utilizar barricas más viejas, excedentes de vino, "crianzas" rejuvenecidos con vino joven, e incluso cabe la posibilidad de que la bodega sea una excelente negociadora de precios y eficiente en la elaboración de vinos).


Así que nos pusimos en contacto con un fabricante de chips (Eno-Roble) para realizar nosotros un experimento que compartir con nuestros clientes. Tras hablar con varios técnicos y enólogos dimos con la fórmula para añadir chips al vino ya embotellado.


Hemos de agradecer a Bodegas Abadía de la Oliva que nos dejasen experimentar con sus vinos puesto que la mayoría de las bodegas a las que pedimos permiso, para realizar nuestro experimento sobre sus vinos, se negaron en redondo aludiendo que eso era algo que mejor que no supiera la gente.


Tras un mes de crianza en nuestra bodega, los vinos están listos para ser bebidos y hemos preparado la degustación para disfrutar con todos nuestros clientes... 6 botellas de Tempranillo joven a las que se le han añadido 3 gramos de viruta de roble de diferentes procedencias y tostados, una de ellas es la botella "control", la cual se manipuló pero no se le añadieron chips, para poder comparar la evolución del vino manipulado pero sin adulterar con una botella de vino adulterado.


Los resultados son desconcertantes, pese a nuestras tácticas amateurs, los vinos que salen de las botellas vienen con un delicioso aroma a madera, en el caso del "tostado americano medio" no ha reducido para nada la carga frutal que tiene este vino sino que lo ha potenciado a la vez que en boca el característico regaliz está mucho más presente acompañado con unos ligeros toques tostados


Otro de los tostados de roble americano se han fundido en perfecta armonía con el vino y el aroma a vainilla en equilibrio con la fruta nos han dado un resultado excelente, en boca es mucho más sabroso y sobre todo la madera está perfectamente integrada con la fruta haciendo sus aromas mucho más sutiles... ¡muchísima vainilla!.


El roble francés también se fusiona perfectamente con el vino pero le confiere un caracter completamente distinto dependiendo del tostado que haya sufrido la madera e incluso en algunos casos nos parece que el aporte es excesivo (lo deberíamos de haber descorchado antes)... Una madera diferente que resta carga frutal al vino y nos encontramos con un vino de muy fácil paso por boca y aromas más sencillos en comparación con el vino "control".


En ninguno de los vinos el color del vino ha sufrido un cambio significativo, sigue pareciendo a la vista un vino joven como el que se comercializa, es al olerlo y al probarlo cuando se descubre el aporte de la madera.

Conclusiones:

Mucho nos tememos que hay mucha engañifla en el sector, las virutas de roble se comercializan legalmente (existe una normativa europea para su uso pese a estar prohibida su utilización para la elaboración de vino en muchos consejos reguladores, prohibición que en muchos casos solo es indicada como sustitutivo de la crianza en barrica pero no en la elaboración del vino). Es un producto que se vende muchísimo pero que curiosamente ninguna bodega compra (o por lo menos reconoce comprar).

Explica los precios de determinados vinos en el mercado (muchos de ellos con etiquetas que nos avisan de largas crianzas en roble), sin duda, su utilización abaratan los costes de producción... Lo barato sale caro, la prueba es que por muy buena oferta que compremos seguramente estamos pagando de más.

Los chips se comercializan con registro sanitario y no son perjudiciales para la salud, el timo está en que nos vendan como "crianzas", o como "reservas", o como "robles" vinos que no lo son y nos los cobren como tales... todos los que han probado este experimento han destacado que comprarían estos vinos, lo molesto es que les engañen, todos los clientes que pasaron por nuestras instalaciones y los probaron dijeron que les gustaba el resultado.

Por muy bueno que sea el resultado, los vinos no están igual de maduros que con una larga crianza en barrica y no consiguen ese punto de integración que nos encontramos con vinos de larga estancia en roble y cuando guardamos el vino una temporada esos sabores y aromas se diluyen... los vinos con chips de momento no son vinos que aguanten una larga estancia en botella (por lo menos en nuestro experimento, que hemos filtrado y guardado un par de botellas). Son vinos de comercializar y beber.

Cerrogallina Bobal 2010.

Parece ser que en el “top” de la fama mundial, en cuanto a vinos se refiere, solo encontramos variedades de uvas “francesas”. No es de extrañar, durante muchos años han sido los franceses, con sus variedades de uva, los que han repartido vino por todo el mundo y ahora no debería sorprendernos que la gente cante las bondades de dichas variedades.
Cerrogallina, 100% Bobal, todavía en la botella.
Pero no es excusa, aunque adoremos dichas variedades (como es mi caso), para no atrevernos a disfrutar de todos esos pequeños proyectos que buscan mostrar al mundo de lo que es capaz de hacer una pequeña región vinícola con una uva autóctona que poca gente conoce… o si, pero tu te lo pierdes.Cerrogallina, detalle de la cápsula.
Cerrogallina, detalle de la cápsula.
Cerrogallina es un vino elaborado con uva bobal, en la región de Utiel-Requena(Valencia), pequeño productor que a base de exprimir las cepas con pequeñas producciones, cuidar el viejo viñedo y utilizar las mejores barricas, es capaz de ofrecernos un vino que como poco… nos bobalizará.chop, chop, chop… la bobal cae en la copa.
chop, chop, chop...
Su precioso color nos enamora nada más caer en la copa y nos encanta todas sus tonalidades conforme lo movemos por la copa obligándolo a airearse para que poco a poco nos ofrezca todos sus aromas. Vivo y profundo color rojo que conforme se mueve sobre el cristal de la copa cambia a tonalidades granatosas… infinidad de matices.Las tonalidades de Cerrogallina al moverlo en la copa.
Las tonalidades de Cerrogallina al moverlo en la copa.
Aromaticamente es muy complejo, nos asaltan infinidad de recuerdos conforme acercamos la nariz a la boca de la copa. La fruta inunda toda la nariz (muchos frutos rojos y negros, mermeladas…) junto a unos perfectamente integrados tostados, café, especias… muchas especias… ligero apunte balsámico.Cerrogallina a la espera de ser bebido.
Cerrogallina a la espera de ser bebido.
Al beberlo nos encontramos con una explosión de fruta en boca para rápidamente notar como los tostados inundan el paladar dejando un untuoso recuerdo que dura largo rato, fresco y potente, con mucho cuerpo, muy vivo, equilibrado y aromático… simplemente delicioso. Cerrogallina, un vino para repetir.
Cerrogallina, un vino para repetir.
En definitiva: Nos bobalizamos por completo, nos declaramos “fans” de este vino que demuestra como con un buen trabajo y el respeto a la viña, se puede ofrecer un buen vino diferente… muchas variedades nos esperan… y de la Bobal queremos seguir sabiendo.Cerrogallina… en calma en la copa.
Cerrogallina... en calma en la copa.
Y por supuesto disponible en Vinoteca Cella Vinarium.

Formíga de Vellut, disfrutando del Priorato.

Según el dicho popular, hay tres cosas que unen a los vinos del Priorato: Primero; son buenos, Segundo; son potentes y tercero; son caros…
Formiga de Vellut... de Bodegas Domini de la Carrtoixa.
Formiga de Vellut… de Bodegas Domini de la Carrtoixa.
Pero como siempre, hay excepciones a toda “regla” y afortunadamente cada vez más… sobre todo en lo referente a “caros”… y en nuestra humilde opinión Formíga de Vellut es uno de esos vinos.
Detalle de la cápsula de Formíga de Vellut.
Detalle de la cápsula de Formíga de Vellut.
Se trata de un vino acogido a la D.O.Ca. Priorato elaborado por Bodegas Domini de la Cartoixa. Pequeña bodega dedicada a hacer buenos vinos en el Priorato… entre ellos este que nos ocupa.
Soy incapaz de no manchar la etiqueta de un vino.
Soy incapaz de no manchar la etiqueta de un vino.
Elaborado con las variedades de uva Garnacha, Cariñena y Syrah, criado durante 8 meses en barricas de roble francés el resultado es un vino de brillante color rojo profundo de tonalidades purpúreas en cuanto el vino pierde profundidad y se acerca al borde de la copa.
El vino en la copa.
El vino en la copa.
De intensos aromas, frutas negras y rojas maduras, sutiles toques balsámicos junto a especias y tostados… muy cuidado y elegante… agradece que lo agitemos en la copa para que poco a poco nos ofrezca todos los olores que guarda en sus entrañas… pese a tener un grado alcohólico bastante alto (14,5º) no creáis que el alcohol os va a aparecer en la nariz.
Mareando Formíga de Vellut.
Mareando Formíga de Vellut.
En boca resulta untuoso, sedoso y aterciopelado, de agradable y suave paso por boca pero a la vez sabroso mientras se expande por todo el paladar, deliciosa acidez al final a la vez que aparece un ligero toque mineral. Equilibrado.
Formíga de Vellut en la copa.
Formíga de Vellut en la copa.
En definitiva, Formíga de Vellut es un excelente vino del Priorato, procedente de una pequeña bodega, un vino para descubrir y disfrutar de los vinos de dicha región sin vaciarnos demasiado el bolsillo.
Formíga de Vellut en calma.
Formíga de Vellut en calma.
Un vino que se puede comprar en Vinoteca Cella Vinarium.

Viña Perguita 2012... Vuelve el rosa al rosado.

No es la moda. La moda es hacerlos de color rojo, rojo con brillos rosados, pero rojos al fin y al cabo. Para poder poner en las notas de cata cosas como color frambuesa, color fresa, color ciriuela, granatoso… que no es el caso de este vino. En este vino tenemos que decir que el color es rosa… pero queda poco glamuroso. Así que diremos que es un rojo pálido brillante que es más chachi.
Viña Perguita Rosado 2012, poner rosado en la etiqueta es una obviedad.
Viña Perguita Rosado 2012, poner rosado en la etiqueta es una obviedad.
Cuando miramos la botella desconfiamos porque no estamos acostumbrados a ver el rosa tan obvio en el rosado (que contrariedad, ¿no?) y este Viña Perguita Rosado 2012, elaborado 100% con uva Garnacha por Bodegas Fernández de Arcaya (en Navarra) es todo lo rosa que un rosado puede llegar a ser.
Precioso el brillante color rosa de este vino.
Precioso el brillante color rosa de este vino.
Pero no penséis que por ser menos rojo y más rosa pierde en aromas, la fruta es omnipresente en cuanto hundimos la nariz en la copa, matices golosos de chucherías se asoman conforme movemos el vino dentro del vidrio… su frescura se percibe desde que aspiramos los olores que emanan de la copa.
Deliciosos aromas emanan de la copa.
Deliciosos aromas emanan de la copa.
Lo que más destaca al beberlo es su frescura, su fruta nos inunda todo el paladar, su marcada acidez, que se nota en boca pero no en el estómago, y pequeños y sutiles detalles golosos, acaban redondeandose con delicioso final amargo que nos deja un largo postgusto y muchas ganas de beber otro sorbo.
Mareando Viña Perguita en la copa.
Mareando Viña Perguita en la copa.
Un vino juguetón, sin complicaciones pero sin ser demasiado sencillo, tiene su carácter, destaca entre los suyos… un vino ideal para acompañar verduras cocidas, legumbres en guisos de cuchara… me tomaba unas patatas a la riojana… un taco de salmón a la plancha… pero no duraría en llevármelo a una buena parrillada al aire libre… vino que invita al trago largo, a refrescarse al sol en un día de calor… delicioso.
Este vino va a ser nuestro vino oficial de comidas de primavera al aire libre..
Este vino va a ser nuestro vino oficial de comidas de primavera al aire libre.
No dejéis de disfrutar de este vino y descubrir el vino rosado (o si ya os gusta el rosado, este en concreto) que se puede adquirir en Vinoteca Cella Vinarium.

La cata de vino blanco más cara de Pamplona fue gratis.

Así es, Vinoteca Cella Vinarium sorteó entre sus clientes las 12 plazas para acudir a esta fabulosa cata en la que se cataron 5 vinos blancos franceses del norte de Borgoña.
En un rinconcito de la Vinoteca, en la zona de vinos internacionales preparamos 12 sitios con 5 copas cada uno... y sin escupideras... de hecho, nadie las hechó de menos y no sobró ni una gota de vino.
 A muchos de los que ganaron la plaza, les sorprendió que decantásemos los vinos blancos, pero era algo fundamental, estos vinos necesitaban mimos tras la larga permanencia en botella, el más joven era del 2005.
 Se eligio un tipo de decantador (o aireador si lo preferimos) para cada vino y el orden que se eligió para tomarlos no fue por edad sino por permanencia en barrica de roble... el orden no resultaba demasiado vinculante... eran todos Chardonnay "del mismo pueblo".
Los vinos se enfriaban ligeramente con hielo antes de servirlos... unos 5 o 10 minutos cada uno y se decantaban durante 20 minutos antes de servirlos para que se terminasen de abrir en la copa.

 Pedimos a todos los asistentes que olvidasen todo lo que sabian de vino blanco puesto que en Francia no los elaboran con la misma filosofía con la que los elaboramos aquí.
 Los vinos que catamos fueron: Chassagne-Montrachet 1er Cru Les Chaumess 2001 de Henri Boillot, Meursault 1er Cru Les Cras 2003 de Henri Boillot, Meursault Les Narvaux 2005 de Nicolas Potel, Puligny-Montrachet 1er Cru Les Perrières 2003 de Henri Boillot y Puligny-Montrachet Folatières 2005 de Louis Jadot.
Lo que más sorprendió a los asistentes fue la diferencia de filosofía entre la elaboración de estos vinos y a los que generalmente estamos acostumbrados... pero sobre todo, el hecho de beber un vino blanco con más de 7 años de edad... ¡Y que les gustase!.
¡Ahora prepararemos la de tinto!... 

Las Lomas... un vino que es un puñetazo de Tempranillo.

Nos encantan las locuras y esos proyectos que nacen de la ilusión… con estas premisas nos topamos con Vinos Malaparte (Bodegas de Frutos Marín) que se liaron a plantar viñedos en un sitio donde no había (había, pero poco) y a trabajar un vino  elaborado con la variedad de uva Tempranillo de calidad sin nombre ni padrino, en una zona rodeada de Tempranillos de calidad (Cuellar, Segovia) con galones y contraetiquetas de lustrosos consejos reguladores (Toro, Ribera del Duero).
La botella de Las Lomas de Vinos Malaparte.
La botella de Las Lomas de Vinos Malaparte.
Nos encanta el etiquetado… puñetero de fotografiar por una parte… pero bonito… pero claro, si solo nos hubiese gustado el etiquetado no estaríamos hablando ahora mismo de este vino… Las Lomas.
Etiquetado puñetero para fotografiar.
Etiquetado puñetero para fotografiar.
Según la bodega, se trata de un varietal Tempranillo, selección de uvas procedentes de viñedos con una producción de no más de 3500 kilogramos por hectárea (En Ribera del Duero son 7000 kgs./Ha. y en Toro son no más de 6000 kgs./Ha.) para que la vid de un fruto cargado de matices. Se cría durante 5 meses en barricas de roble de 300 litos donde acaba de afinarse antes de embotellarlo.
Las Lomas... menudo color.
Las Lomas… menudo color.
Nada más descorchar, los aromas escapan  de la botella indicándonos que lo que contiene, es un vino con caracter. Al arrojarlo a la copa es cuando nos muestra su intenso color rojo picota… ¡Casi negro donde el vino gana profundidad! con unos preciosos destellos púrpuras. Limpio y de intensos colores brillantes.
La lágrima de las lomas... ¿un vino espeso?
La lágrima de las lomas… ¿un vino espeso?
Vino de espesa y abundante lágrima… nos entretenemos mientras lo mareamos por las paredes en la copa y sin meter la nariz en su interior ya nos llegan sus aromas.
Mareando Las Lomas en la copa.
Mareando Las Lomas en la copa.
Sus aromas son una explosión de frutos negros y rojos maduros en perfecta armonía con multitud de matices especiados y sutiles recuerdos tostados que testimonizan su ligero paso por barrica… largo rato nos pasamos jugueteando con los aromas en nariz mientras el vino se mueve espesamente por la copa.
Un vino espeso... de sutiles aromas... ¿donde está el gorrín?.
Un vino espeso… de sutiles aromas… ¿donde está el gorrín?.
Nada más toca el paladar, una pregunta me asalta… ¿donde está mi asado?… untuoso, sedoso, sabroso… el primer trago es un puñetazo de Tempranillo, la fruta se expande por toda la boca en primer lugar para dar paso a las especias y a ligeros destellos minerales. De aterciopelados tantinos, muy equilibrado, largo en boca, su sabor permanece largo rato tras el trago. Delicioso… solo apto para los fanáticos del Tempranillo.
Delicioso y poderoso vino.
Delicioso y poderoso vino.
Un poderoso vino para acompañar los más poderosos platos, se me hace la boca agua pensando en las diversas carnes asadas con las que este vino casaría perfectamente… no obstante, ese punto mineral y toque especiado hace que nos planteemos acompañarlos con diversos guisos con salsas de quesos azules e incluso probar a acompañarlo con quesos ahumados.

LoessTinto Ribera del Duero: Bonita botella, delicioso vino.

La primera impresión fue buena, la botella es bonita, pero solemos desconfiar de los etiquetados “demasiado” preciosos, aún así nos decidimos a probar este vino (y muchos otros que ni fu ni fa) y mientras se acababa la botella llegamos a la conclusión de que no solo era una cara bonita… además de que debíamos venderlo en Vinoteca Cella Vinarium.

Preciosa la botella en la que se esconde este vino.

Loess se trata de un ambicioso proyecto que nace de la compra de particulares viñedos para luego exprimir todo el carácter que es capaz de dar la tierra y embotellarlo… en una bonita botella.

Loess Tinto Ribera del Duero paseando por la copa.

Muchos de estos pequeños proyectos salpican la geografía española, pequeñas bodegas que elaboran grandes vinos buscando “al detalle” el carácter de la tierra y de variedades autóctonas. Nuevos vinos incompatibles con el típico modelo de venta de supermercado, pequeñas producciones que llaman al consumidor a ser infiel al vino y descubrir con cada botella nuevos aromas y sabores.

Mareando Loess en la botella.

Loess Tinto, elaborado con uva Tempranillo, es un vino de profundo color rojo oscuro, negro en las partes más profundas y de un brillante rojo turquesa en donde el vino roza la copa… los 12 meses de crianza en barricas de roble francés y su posterior guarda en botella no han anaranjado en absoluto el vino que promete un intenso sabor a fruta.

Espléndido aroma el que emana de la copa.

Cuando hundimos la nariz en la copa, lo primero que percibimos, es su gran complejidad, varios matices inundan nuestras fosas nasales entre los que destacan las frutas negras en perfecta armonía con los sutiles toques ahumados de roble francés que no ha hecho nada más que domar levemente el vino… un vino para estar largo rato oliéndolo mientras desvelamos los entresijos que en este vino nos aguardan.

Lo de oler el vino está muy bien, pero lo mejor es bebérselo.

Al beberlo es cuando el vino nos demuestra todo su potencial, fresco, profundo y largo, muy sabroso, un vino potente pero fresco a su vez. Muy equilibrado, su sutil acidez lo hace muy fácil de beber pese a su intenso sabor (no es para nada un vino ácido)… muy largo, su sabor permanece en la boca tiempo después de ser bebido pegado al paladar e invitándonos a tomar un sorbo tras otro.

Intenso vino de esos que se pegan al paladar.

La verdad, es que personalmente, este vino me lo bebería solamente acompañado de un buen queso curado y unas tajadas de salchichón, no obstante frente a un estofado de ternera o un buen asado sería una escolta perfecta.

Hay que beberse este vino.

Es muy posible que todo aquel que busque un Tempranillo con carácter de la Ribera del Duero, encuentren dentro de esta bonita botella, uno de sus vinos favoritos… Disponible en Vinoteca Cella Vinarium.