Vinos de maceración carbónica... ...¿y eso que es?.


Apenas finaliza la vendimia en las zonas más tardias, comienzan a salir al mercado los primeros vinos del año.

Cada vez son más las bodegas que se apuntan a la carrera de ser el primero o de los primeros en sacar el vino joven al mercado, sobre todo, ante la cercanía de las Navidades tras la vendimia y por la ventaja comercial que supone.

Para entender claramente en que consiste la maceración carbónica, podemos poner un ejémplo que todos podamos entender: guardamos la fruta al aire libre para permitir su aireación. La fruta respira y cede gas carbónico. Si mantuviéramos la fruta en la bolsa de plástico, este gas volvería a la fruta y entraría en fermentación sin microbios, esta sería la transformación conocida como maceración carbónica. Si en vez de eso, rompiéramos la fruta, el zumo se contaminaría por microbios ambientales (entre ellas las llamadas levaduras), y estos producirían la fermentación.

Recordamos que para hacer vino hay 2 técnicas que puede ser o bien rompiendo la uva (Fermentación por levaduras) o con uva entera y confinada (Maceración carbónica).

Los vinos de maceración carbónica se elaboran tradicionalmente en grandes lagos de cemento donde se echa la uva entera, con racimo y raspón, las uvas de abajo, por la presión de las que están encima, se rompen y ese mosto empieza la fermentación:

Estos vinos elaborados con esta técnica resultan más suaves debido a una menor extracción de sustancias tánicas del hollejo y la pepita, así como a la disminución de su acidez. Desarrollan un aroma característico y complejo, muy relacionado con recuerdos lácticos, cremosos, frutos rojos...

Los vinos de maceración carbónica, habitualmente se sacan al mercado el mismo año de la vendimia (conocidos tambien como cosecheros) y deben beberse dentro de dicho año o en el siguiente, aunque pueden encontrarse excepciones y experimentos de crianzas en barríca.

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